Te condeno a buscar, errático, mis ojos en otros rostros.
Te condeno a vivirme en tus recónditos rincones, en esos donde sólo cabes tú.
Te condeno a comparar mis besos en otros labios.
Te condeno a extrañarme, a necesitarme algún día, a saberte mío.
Te condeno a repetirme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario