Y así ibas por el mundo, dándole prioridades a sentimientos, amando cada día, cada instante. Regalándome besos y poesía a borbotones. Pero quisiste quedarte en tu romanticismo absurdo, en tu fatalidad anunciada.
Preferiste perderme dos, cinco, diez veces antes de dejar éste teatro donde los dos sufríamos; donde lloré hasta doblarme de dolor. Tú, tan amante del romanticismo, querías volverlo todo tan fatalista, sólo para sentir. Llevaste al límite nuestra historia. Y ahora después de tantos años de desencuentros, de extrañarnos hasta la piel; ahora aún me dueles, te grito, te callo, te busco... y como siempre, no te encuentro.
No te encuentro porque tú no deseas ese encuentro, porque prefieres seguir jugando al romántico enamorado, al de las rosas azules marchitas. Elegiste vivirme de lejos y que yo sea tuya sólo de forma escrita.
Con mis letras te hago el amor, con mis letras te busco y te extraño y te pido que vuelvas. Pero quieres seguir en tu mundo lírico, prefieres tenerme en universos oníricos que jamás conoceremos.
Y yo aquí, que sigo necesitándote tanto como si todo hubiese sido ayer...
Pero, a fin de cuentas... ¿qué sería de nuestra historia sin la magia de mantenernos lejos el uno del otro? Si el encanto de nuestra historia radicaba en que ni tú serías mio, ni yo sería tuya, jamás.
Y te odio y te reprocho mil veces por eso. Y como bien lo dije, te vuelvo a odiar sólo para volverte a amar, para reafirmar éste estúpido amor inútil, éste amor que ya creo obsoleto y que sin embargo dirige mi vida.
Éste amor por ti que no me deja, que aparece con el sol cada mañana y se duerme en mi cama todas las noches, sin dejarme libre una sola vez.
Estás aquí, estás aquí aunque te vayas, aunque te escondas, aunque no me busques, aquí te tengo.
Y aun así te pido un encuentro, uno sólo.
No más romanticismo. Deja de huirme. Búscame.
Regálame jardines de frescas rosas azules, regálame encuentros, tardes, noches, besos.
Obséquiame miradas, caricias, deseos.
Aquí te espero, como siempre, como cada día, como cada año; aun a pesar de todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario