miércoles, 4 de agosto de 2010

Naufragio


¿Qué hacer cuando alguien te traiciona? '¿cuando la persona en quien depositaste tu confianza y tu amor destruye y tira por la borda todo eso?

Hoy me siento triste, desesperada, enojada, decepcionada, más triste...


Y es que uno va formando ideas, forjando relaciones, que bien que mal ahí estaban... que quizá era un barco a la deriva, pero no había naufragado. Y ese alguien lo mandó todo al abismo, al fondo del mar desde donde ya es difícil recuperar. Quizá se mantengan a flote maderas, trozos de lo que alguna vez fue algo hermoso. Me pregunto si vale la pena sacar del agua esos trozos y formar algo nuevo con lo poco que aún queda. Pero es bien sabido que la madera con el agua se pudre y ya nada podría quedar igual.... ¿Qué hago?


¿Realmente se puede reconstruir un barco en el que se pueda navegar?, ¿o es sólo que estoy tratando de rescatar lo que ya está perdido?


¿Qué se hace cuando ya había tripulantes a bordo?. ¿Cuando ahora hay personas nadando indefensas esperando a que alguien las rescate?


¿Vale la pena intentarlo?. ¿Vale la pena por esas personas indefensas o por el capitán del barco que fue quién hundió el navío?... ¿o por mi que tenía toda la ilusión y la esperanza puestas en ese viaje que emprendíamos juntos?


A veces quisiera desaparecer... y no del mundo, no soy tan fatalista como para querer morir; tan sólo quisiera desaparecer de la vida que a veces me toca vivir. Esfumarme a otro mundo, con otras personas, con otra historia... pero, ¿qué haría yo sin los tripulantes de mi barco?

Hay tantas preguntas, dolor e incertidumbre en ésta bitácora....

jueves, 29 de julio de 2010

Maravilla...

Me encanta observar a los niños, sobre todo a los niños más pequeños.
Son tan perfectos...
Siempre me hacen pensar que es increíble que sean "personitas". Gente chiquita.

Me gusta verlos cuando se llevan algo, lo que sea, a la boca en su instinto por conocer el mundo; me gusta cuando están aprendiendo a caminar, esos pasos diminutos que realmente son gigantes si los vemos desde otro punto. No me cansaré de repetir: son tan perfectos.
Se ven tan chiquitos y sin embargo son una grandeza.

Me maravilla que esos seres puedan moverse inquietamente, caminar, bailar, sonreir; que posean la facilidad para asombrarse de todo lo que hay a su alrededor. Seres perfectamente hechos y con unas mentes tan brillantes que ya quisiéramos tener muchos "adultos". Y es que no concibo cómo es posible que un ser tan pequeño pueda cambiar tanto cuando crece. Cómo es posible que sean tan frágiles, divertidos, faltos de malicia, tan asombrosos y asombrables; juguetones, cariñosos, inteligentes, atentos; que tengan una larga lista de virtudes y conforme van creciendo ellos, la lista es la que se va haciendo pequeña.
Cómo nos llenamos de egoísmo, malicia, soberbia, indiferencia, mentira; somos capaces de hacer cosas a sangre fría: desde engañar a nuestra pareja, cometer un robo, un fraude, hasta cometer un asesinato. Así, sin más ni más.

¿En dónde queda el ser sorprendente que alguna vez fuímos?

Ojalá algún día pudiéramos recuperar cada uno de nosotros esa esencia de niño con la que llegamos a éste mundo.

Por lo pronto, seguiré prefiriendo embelesarme admirando "gente chiquita".


(Ian y Azul.... los amo. Mis niñitos hermosos)

miércoles, 28 de julio de 2010

Tan sólo por escribir...

No busco seguidores, no busco nada más que el simple hecho de escribir y vaciar mi alma....
A veces, casi siempre, me lleno de nostalgia; del tiempo... de lo que fue, de lo que ya no soy.
Siento que me perdí hace muchos ayeres, hace muchas lunas... fui dejándome y abandonándome en muchos lugares y ahora ya no sé por donde buscarme, a ratos ni siquiera sé si me quiero buscar.

No es que me sienta infeliz, creo que cuando no se está, tampoco se puede ser; yo no puedo ser infeliz; simplemente porque no estoy.
Me fui dejando. ¿Dónde me quedé, dónde me perdí?
Me duelen tantas cosas, soy fría, pero soy sensible; soy absurdamente incongruente.

Lloro por los niños que sufren, por los golpeados, por los muertos; lloro la injusticia, pero ya no lloro por mi, lloro por los demás. Mis lágrimas no me sirven para lo que yo vivo y tampoco es que tenga una vida horrible, no, mi vida no es horrible.
MI vida está llena (gracias a Dios) de amigos, de familia, de mis hijos, de un buen trabajo, pero algo, algo aquí dentro tortura mi alma y es porque no estoy.

Una vez alguien me decía que las estrellas que vemos en el cielo, ya dejaron de existir desde hace mucho, que lo que vemos son como fantasmas. Eso siento que soy yo. Un fantasma... todos me pueden ver, pero yo ya dejé de existir. Vivo, pero como en penumbras, algo me falta. me falto yo.